Los beneficios del deporte en la salud y la vida de una persona están estudiados y demostrados, de la misma manera que lo están los peligros del sedentarismo: el aumento del riesgo de contraer enfermedades no transmisibles, como la diabetes, la obesidad o los problemas cardiovasculares, entre otros. Esto lo lleva alertando la Organización Mundial de la Salud desde hace casi dos décadas. Insistiendo en la necesidad de una actividad física regular para toda la población.

En países como España, sin embargo, estamos lejos de conseguir las recomendaciones generales de la OMS sobre la actividad física. Menos de la mitad de la población practica deporte con regularidad, y una parte de los que sí lo practican lo hacen de forma inadecuada.

En este contexto, un profesional como el entrenador personal se eleva como protagonista de la mejora de la vida de la gente. Pero, ¿Qué es exactamente un entrenador personal y que características lo convierten en un profesional de confiança?

 

La personalitzación de la práctica deportiva

Cuando hablamos de un entrenador personal, hablamos de un profesional cualificado el trabajo del cual es mejorar la calidad del ejercicio de una persona y optimizar el tiempo que le dedica a este ejercicio. La personalización es ineludible en esta práctica, porque cada cuerpo es único y tiene unas condiciones únicas que se han de tener en cuenta para conseguir mejores resultados, potenciar la prevención de lesiones y facilitar la readaptación deportiva. No es lo mismo una mujer que un hombre, ni alguien de 30 que alguien de 60, ni un deportista profesional que un sedentario que desea activarse.

Un buen entrenador personal, pues, tiene que tener como mínimo estas 5 características:

Formación y cualificación

El entrenador personal tiene que tener conocimientos reglados especializados, académicos y científicos, garantizados por una entidad oficial. Es la garantía del usuario de estar en buenas manos, y hoy existen postgrados y másteres especializados en entrenamiento personal al cual pueden acceder tanto licenciados o graduados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFE).

Capacidad para identificar y marcar objetivos

Un buen profesional cualificado tiene que ser capaz de evaluar con acierto el estado físico y mental de la persona que viene a entrenar bajo su protección. Esta evaluación personalizada es la que lleva a un planning adaptado a cada cuerpo y a cada situación, en la cual los objetivos sean racionales, progresivos y alcanzables para el deportista.

Este es uno de los aspectos en los cuales la personalización se hace más necesaria: no pueden aplicarse las mismas rutinas a un deportista profesional, a un deportista amateur, o alguien que empieza a trabajar, y a alguien que recientemente sale de una lesión. Detectar cada necesidad y planear objetivos adecuados para a ellas es la clave del éxito en el entrenamiento deportivo.

Capacidad de motivación

El elemento psicológico es clave en la integración del ejercicio como a rutina vital, o en su fracaso y el abandono de la actividad. Un buen entrenador personal no solo sabe el que tiene que hacer el deportista: sabe cómo motivarlo para que lo haga. Esta motivación, a más, bebe de muchas fuentes: no es solo el estímulo del entrenador, o su propio ejemplo personal (que también), sino por ejemplo la capacidad de idear metas progresivas que pueda conseguir el deportista, sirviéndole así como fortalecimiento positivo.

Estas competencias se trabajan en la formación especializada, ya que son elemento central para el éxito. De aquí la importancia de la cualificación explicada en el primer punto.

No intrusivo: multidisciplinario

El entrenador personal tiene un campo de acción muy concreto que no tiene que sobrepasar en ningún caso. No es un fisioterapeuta ni médico (dado que sí que lo sea previamente, claro) y por lo tanto ni puede diagnosticarte ni puede indicarte medicamentos, así como tampoco tiene que recomendarte dietas (a menos, de nuevo, que hablemos de un nutricionista).

Los conocimientos anatómicos y bio-sanitarios que adquiere el entrenador personal durante su formación no tienen que servir para el intrusismo laboral, sino, al contrario, para facilitar la comunicación y colaboración con otros profesionales en la mejora de la vida de la persona a la cual entrena. Y esto nos lleva a un último punto, no finalmente menos importante.

Conocimientos en readaptación físicodeportiva

Un buen entrenador personal debe saber readaptar los ejercicios cuando aparece alguna lesión o molestia física, o cuando se vuelve a practicar ejercicio después de una lesión, o algún problema en el sistema motriz. Hablamos entonces del “readaptador”. La readaptación deportiva es una subdisciplina de las CAFE la importancia de las cuales está aumentando año tras año por su impacto en la mejora de la calidad de vida.

Este profesional se encarga de modificar las rutinas de ejercicio y fijar unos objetivos que:

  1. a) ayuden en la recuperación de la lesión o patología (en coordinación con el fisioterapeuta)
  2. b) prevengan la habitual reaparición del dolor o molestias en la zona, o nuevas lesiones.

De una buena readaptación depende mucho, desde que una persona siga haciendo ejercicio en vez de abandonarse al sedentarismo, hasta que un deportista profesional pueda seguir o no con su carrera.

No estamos hablando, por lo tanto, de un deportista al que le gusta enseñar su pasión: el entrenador personal es un profesional especializado… y la única persona al que cualquier deportista, aficionado o profesional, debería de confiar su salud físicodeportiva.

 

 

 

¿Quieres saber más?

¡Infórmate!