Cuando un deportista sufre una lesión, en muchos casos existe un período vacío entre la recuperación médica (finalización de la fisioterapia) y la vuelta al entrenamiento y/o la competición. Este período vacío es un problema que suele traducirse en un peor cumplimiento deportivo después de la lesión, una recuperación inefectiva, la aparición de dolores en la zona lesionada, o hasta una nueva lesión. De hecho, la cantidad de lesiones y recaídas ha aumentado considerablemente en los últimos años, en sintonía con el aumento de la práctica deportiva amateur o profesional que vive nuestro país.
Este período muerto entre la recuperación y la vuelta al entrenamiento es el reino del readaptador, es decir, del preparador físico que guía al deportista desde la inactividad al nivel de actividad previo a la lesión. Un período en el cual la planificación del ejercicio y la preparación del grupo muscular serán calves para una correcta readaptación.
Planificando la readaptación
La planificación es siempre el primer paso que un entrenador tiene que realizar si quiere llegar de forma óptima a los objetivos. La planificación nunca se deja al azar, ni es el fruto de la intuición del entrenador, sino que se establece partiendo del estado inicial del deportista, siguiendo los ejercicios que llevan a la meta deseada.
En el caso del deportista lesionado, esta lesión es el punto de partida para la planificación: una vez el médico y el fisioterapeuta han hecho su trabajo… ¿cómo volvemos al nivel de ejercicio previo a la lesión?
Para el fisioterapeuta y readaptador deportivo Carlos Lalín (autoridad en la materia, y actualmente responsable del estado físico de los jugadores del Manchester United), la planificación de una readaptación tiene que distinguir tres fases.
FASE 1: La recuperación funcional deportiva
Es una fase de ajuste de los parámetros motores y físico-deportivos, tanto los generales como los específicos de la práctica habitual del atleta, su gesto deportivo.
El objetivo de esta primera fase es reincorporar a la persona a la práctica deportiva de la forma más eficaz y rápida possible.
FASE 2: La readaptación físicodeportiva
En esta fase intermedia se reeduca la musculatura y los patrones motores, tanto generales como específicos, del deportista.
Esta fase el readaptador la planifica en dos etapas. La primera, de aproximación, consiste en ejercicio general que por una parte evita una deterioración o la pérdida total de funcionalidad del miembro o grupo muscular afectado, y por otro mantenga la condición física básica del resto del cuerpo.
Una segunda etapa, de orientación, combina el ejercicio general (que mejora la condición física) con entrenamiento especial destinado a reforzar la musculatura o zona lesionada.
FASE 3: El reentrenamiento deportivo
En esta fase el cuerpo y la zona lesionada ya están reeducados y listos para integrarse progresivamente en la rutina de entrenamientos pre-lesión. Lalín diferencia de nuevo dos etapas: una primera de pre-optimización, en la cual se busca reeducar patrones motores muy específicos del deporte practicado por el individuo; y una segunda de optimización, en la cual ya realzaremos los ejercicios específicos del entrenamiento.
Planificar el ejercicio siguiendo estas tres fases se ha demostrado importante no sólo para reducir el tiempo de vuelta al entrenamiento “normal”, sino para garantizar un fortalecimiento progresivo del sistema muscular general y específico que prevé ante molestias crónicas, recaídas en la lesión, o lesiones en músculos o estructuras adyacentes a la primera lesión.
El papel del readaptador físicodeportivo
La readaptación es un proceso complejo que demanda a un profesional cualificado. Por un lado, porque tiene que tener la formación adecuada para trabajar en sintonía con los otros profesionales implicados en la recuperación (médicos, fisioterapeutas y nutricionistas), y por otro, porque tiene que tener un conocimiento profundo no solo de la física del entrenamiento, sino también de la psicología del deportista. Una lesión es un hecho traumático que puede afectar a la seguridad que el deportista siente, y en la confianza en sí mismo, especialmente cuando hablamos de deportistas profesionales. Y esto el readaptador tiene que saber llevarlo igual de bien que el entrenamiento.
La figura del readaptador, por tanto, se revela fundamental para la recuperación completa de cualquier deportista después de una lesión. Y más aún: su trabajo es clave en la prevención de nuevas lesiones y posibles patologías, con una mejora del programa de entrenamiento que permita al deportista conseguir sus objetivos. Sin miedo, sin problemas físicos, y sin dolor.
De aquí la importancia de una buena formación en readaptación además de lo básico en entrenamiento personal. Según esto a TecnoCampus Mataró-Maresme hemos desarrollado un Máster en Entrenamiento Personal y Readaptación Deportiva donde te formaremos y te explicaremos todo lo que necesitas saber para convertir-te en un gran profesional en este campo. ¿Quieres saber más?
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